• Sígueme en:

Hay amores que abrigan y otros que activan todas tus alarmas internas. Si alguna vez has sentido que necesitas constantes pruebas de afecto, que cada silencio te angustia o que el espacio del otro te asusta, es posible que estés experimentando un patrón de apego ansioso.

Este artículo busca ayudarte a comprender de dónde nace ese patrón, por qué lo confundimos con amor y cómo puedes empezar a sanar para construir vínculos más seguros, estables y nutritivos.

 

¿Qué es el apego ansioso?

Según la teoría del apego desarrollada por John Bowlby y ampliada por Mary Ainsworth, el apego ansioso es un estilo relacional que se origina, muchas veces, en experiencias tempranas de amor inconsistente. Quien lo experimenta, suele sentir un miedo constante al abandono, una necesidad excesiva de aprobación y un alto nivel de ansiedad cuando no recibe respuestas inmediatas del otro.

Esta ansiedad lleva a interpretar señales neutras o normales (como el silencio o la necesidad de espacio) como amenazas de pérdida o rechazo.

 

Silencios que no significan abandono

Uno de los errores más comunes del apego ansioso es interpretar cada pausa como un peligro emocional. Desde un enfoque cognitivo-conductual, esto se considera una distorsión cognitiva llamada “lectura de mente”: suponer lo que el otro piensa o siente sin tener pruebas reales.

Es crucial entender que las personas sanas también necesitan momentos de silencio, tiempo para procesar y espacios propios. No todo alejamiento emocional es sinónimo de abandono.

 No tienes que hacer el doble para que te quieran

El apego ansioso a menudo conduce a la sobrecompensación: hacer más de lo necesario para ser validado o querido. Pero el amor sano no se construye sobre el sacrificio constante ni la autonegligencia.

Desde la psicoterapia humanista, el amor auténtico implica reconocer tu propio valor sin tener que demostrarlo todo el tiempo. Estar en una relación no debería sentirse como una lucha por ser suficiente.

La búsqueda de seguridad no debe eclipsar tu felicidad

Muchas personas con apego ansioso permanecen en relaciones que ya no les hacen bien simplemente porque se sienten “seguras” allí. Esta es una falsa seguridad: un apego basado en la ansiedad y no en el bienestar mutuo.

Pregúntate con honestidad:

“¿Estoy aquí porque me siento feliz, o porque tengo miedo de estar sola/o?”

Amar no es vivir en un estado constante de alerta emocional. Amar también es descansar, confiar y sentir paz.

 Sanar el apego es posible

Reconocer que tu forma de amar puede estar influenciada por heridas antiguas no te hace débil, te hace consciente. Y la conciencia es el primer paso hacia la sanación.

Algunas claves para empezar ese proceso son:

  • Hacer terapia para identificar el origen de tu estilo de apego.
  • Reestructurar pensamientos catastróficos (“Si no me responde es porque ya no me ama”).
  • Practicar el autocuidado emocional y la autoafirmación.
  • Entender que el amor no se exige: se da, se cuida y se elige.

Conclusión

Tu apego ansioso no es una sentencia, es una herida que puede sanar. El amor no debería sentirse como una montaña rusa emocional. No estás destinado a vivir en relaciones que activen tu ansiedad. Estás hecho para vínculos que te nutran, te calmen y te hagan crecer.

 

Recuerda: el amor sano no te exige que te sacrifiques. Te invita a que seas tú, sin miedo, sin dudas y sin la necesidad de demostrar constantemente que eres digno de amor, porque lo eres.

 

Bibliografía:

  • Bowlby, J. (1988). Una base segura: Aplicaciones clínicas de una teoría del apego. Paidós.
  • Levine, A., & Heller, R. (2010). Attached: The New Science of Adult Attachment and How It Can Help You Find – and Keep – Love. TarcherPerigee.
  • Beck, J. (2011). Terapia Cognitiva: conceptos básicos y profundización. Desclée de Brouwer.

            •          Rogers, C. (1951). Client-Centered Therapy. Houghton Mifflin.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *